Reformas: ¿son rentables?

Una duda común que puede asaltar a mucha gente a la hora de vender una propiedad es la posibilidad de realizar reformas para revalorizar el precio y acelerar el proceso de venta. Pero, al mismo tiempo, les asusta que sea un desembolso innecesario o inútil.

Sin embargo, si hay empresas que se dedican exclusivamente a comprar pisos usados o antiguos, reformarlos y volver a venderlos, es porque, efectivamente, sale rentable. Este tipo de obra puede reportar beneficios de entre un 10% y un 20%.

Independientemente de la zona en la que se encuentre la vivienda –que es de lo primero que miran los compradores interesados- en la cual no podemos influir, el estado de la casa es el segundo factor más importante. Y ahí sí que podemos meter mano para mejorar las infraestructuras, electrodomésticos, distribución etc. Porque lo que está claro es que una vivienda entra por los ojos: cuando se busca casa para vivir y no como inversión, la venta es más cuestión emocional que táctica.

¿Qué tipo de reformas pueden resultar rentables?

Si se trata de una vivienda antigua, una buena opción es un “lavado de cara”: tirar muros para hacer estancias más grandes, luminosas y a la moda. Si a esta obra se le suma repintar las paredes puede suponer una alza significativa en el precio final.

Si contamos con los recursos, podemos ir más allá y optar por una reforma en profundidad; cambiar suelos, reformar el baño y la cocina, y mejorar las instalaciones de los suministros básicos. Se trata de un proceso más largo y tedioso, pero la retribución monetaria también será mayor.

Sobre todo se valoran las reformas que mejoran la calidad de vida: aumento del espacio de almacenaje (con armarios empotrados, por ejemplo), la inclusión de un aseo, electrodomésticos de bajo gasto energético, portero automático, buena iluminación…

Hay que tener en cuenta, no obstante, el presupuesto: analizar el precio del metro cuadrado de la zona de las viviendas rehabilitadas y sin rehabilitar. En la reforma se recomienda invertir el 50% de esa brecha entre ambos para tener un margen de beneficio y un 100% de rentabilidad.